sábado, 7 de agosto de 2010



Me sucedió algo insólito, pero te lo contaré:

Creo que fue en la hora de almuerzo. Iba caminando por la calle, rodeado de gente desconocida. Caras tristes, alegres, imponentes y excéntricas fueron mi entretencion en el recorrido antes de que empezara a dolerme la cabeza. Antes de salir del trabajo la emoción pudo disipar el dolor, estaba ocultando algo, pero no lo podía divulgar, aún sabiendo que este secreto podría ser el presagio de un mal acontecimiento. Y así fue, en dirección a mi hogar caí producto de un desmayo. Lo más sorprendente de lo sucedido es que mi inconsciente, estaba fielmente complementado a mi consciente (como aquella vez en que recibí un rodillazo en mi ojo izquierdo que me dejó tumbado un buen rato en el piso).

Tendido en el suelo observaba como la gente pasaba alrededor mío, hasta que un hombre en un acto de descuido se tropezó. Al estabilizarse me realizó un cuestionario cual profesor a sus alumnos:

¿Estás bien? -sí- le respondí-
¿Qué te pasó, estás herido? –no, estoy bien. Por favor déjeme solo-
¿Estás enfermo? –no, por favor váyase-
¿Estuviste bebiendo? –no, no estuve bebiendo-
¡Pues mientes! ¡Si estabas tirado! Algo te sucede. Mira déjame levantarte...

-¡No me toques!

El hombre desconcertado ante mi inminente rechazo miraba hacía los lados intentando resolver este acertijo con más personas, y por consiguiente, en un corto lapso se formó un círculo donde mi persona era el centro de atención:

¿Qué le pasó? –creo que se cayó- murmuraban algunos-
No, debió haber estado bebiendo –no, por favor, todos ustedes, déjenme solo- dije-
¿Llamo a una ambulancia? –dijo una mujer-
Debe estar loco –no, no estoy loco ¬¬ - señalé-
Entonces, ¿por qué estás ahí echado en el piso? –No puedo decirlo- Repetí una vez más

Entre murmullos se asomaba más gente queriendo saber que misterio traía en mi mente. Hasta que de pronto escuché la sirena de policía. -Sinceramente nunca creí que atraería a las masas- El oficial se bajó de la motocicleta y procedió a hablarme:

¿Qué sucede aquí? –nada, por favor déjenme tranquilo-
Déjame decirte que estás bloqueando el paso, no sólo tú, sino las demás personas que están aquí. –gracias a mi no fue, yo sólo pido estar en paz-

Cuando el oficial ordenó que bloquearan el paso, el primer hombre que me habló volvió a retomarme la conversación:

¡Dime que te sucede! ¡Dinos que te pasa! –no puedo, sería un error decir lo que sé-
Estás loco –no, no lo estoy-
Todos nosotros podemos ayudarte, ten confianza –¿seguro? ¿quieren saber por qué estoy aquí?-
Sí -¿de verdad quieren saber?-
¡Dinos! –bueno, que Dios me disculpe y a ustedes también, ustedes no tienen idea de lo que les diré…-

Justo, en el momento más esperado, mi cuerpo dejó de funcionar. ¿Habré sido yo el causante? Quién sabe. Y bueno, aquí estoy. ¿Dónde? Tampoco te lo diré. Pero déjame decirte que me alegro de estar aquí, allá abajo predomina la distorsión, ambición, discordia y tantas cosas que seguro debes conocer.

Apuesto a que también querías saber por qué estaba tendido en el suelo, ya que tú también perteneces a la masa así que, con mayor razón, tampoco te lo diré.

No es algo de lo que puedas enterarte...

Es algo que se siente querida, ¿Can you feel it too?

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