jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Por qué?

Porque pareces imposible. Eres como un cuento de ficción. He escuchado lo que dicen: “No hay nada gratis en este mundo”, y es por eso. Es por eso que la gente siempre termina viéndote con otros ojos. Porque no parece cierto que algo tan precioso, en tantos sentidos, pueda dar tanto sin esperar nada a cambio. Entonces, cuando se hace imposible creer en la idea de que exista un ser tan inigualable, una hermosa persona que está dispuesta a correr el riesgo de ser ella misma, un espíritu tan aventurero, tan maduro, y al mismo tiempo tan juguetón, lo único que resta es imaginar que lo haces por amor. Y no están equivocados, pues amor es todo lo que brota de tus poros. Pero ese amor esta envuelto en tu inigualable y creativa mente. Mente que anda viajando por lugares tan remotos, tan extrañamente ajenos a la mayoría de los seres de este mundo, mundo de infinitas posibilidades. Posibilidades que tú sí puedes percibir, que tú si puedes ver y vivir. Con solo mirar a tu alrededor ya te das cuenta de esa hermosa historia que se narra día a día y a cada segundo. Y así me envuelves.

El tiempo da pausa. Y a la distancia el agua cayendo se hace murmullo de sentimientos. ¿El tiempo sigue? Alguien que sepa que me diga, ya no lo siento. Pasan segundos, algunos dicen. ¿Es cierto que pasan? Aún ni me entero. Estoy inmerso en el sonido de esa voz tuya, mezclada en ruidos de la distancia y en las aguas de aquella fuente que sigue inmóvil a nuestra espalda. Aquí tan cerca, como a dos pasos de nuestros cuerpos, se muestra una escena de amor tan puro, tan duradero. La miro e imagino que en el futuro sea tan fuerte lo que vivamos que sea la vida así de bella.

El día sigue y yo contigo. La noche abraza con luna llena aquel rastro azul del cielo. Ya casi se acaba, y en mi interior, yo ya no quiero. No quiero quedarme en el silencio que sugiere llegar a casa y pensarte a lo lejos. Por eso aguardo, pensando en nada y sintiendo todo.

Pero es por eso, porque tus ser, sin pedir nada cambio, se hace música entre los ruidos indistinguibles de este mundo de infinitas posibilidades.





Y algún día llegarás...

lunes, 27 de agosto de 2007

High


.

Intento convencerme a mí mismo que es tu precioso pelo lo que me hipnotiza. Repito una y mil veces, a cada segundo, que son tus delicadas y suaves manos las que me hacen tan cercano a ti, lo que te hace tan cercana a mí. A veces creo que tu nariz con sus cosquillas se adueña de mi ser. Pero me convenzo de que es tu sonrisa, sí, esa que haces cuando tu rostro y el mío comparten horizonte. No, es tu rostro enterito. Sí, eso es, es inclusive la mueca que haces cuando no estás de acuerdo conmigo. ¡Si esa cara! O la cara que pones cuando hago una de esas bromas. Bromas que no tienen el más mínimo sentido *(¿“más mínimo” es correcto?... xD que importa). Bromas que hacen que te ahogues incluso cuando no estás en el agua… incluso cuando no estás bebiendo nada. No, pero pensándolo bien creo que es tu cuerpo, sí tu cuerpo, la forma en que me elevas a las alturas cuando me abrazas. Sí, son tus abrazos, esos abrazos... Pero no. ¡Al fin sé lo que es! Es tu actitud a la vida, esa preciosa forma de ver la realidad, tu positivismo, tus ganas de seguir directo por tu camino, de ser intumbable (El corrector de palabras me acaba de subrayar en rojo la palabra “intumbable”, así que acabo de parir una palabra que los eruditos de España no se atrevieron a crear… xD wajajaja intumbable : ¡Que no se tumba!). Sí, es tu actitud. Aunque no, no estoy seguro de que sea tu actitud a la vida lo que haga que me levante con tu nombre regodeándose en mi pecho (y mi estómago). Creo que es tu habilidad para vivir con los ojos en tu destino, en tus acciones y en tu vida. No gastas el tiempo haciéndote demasiado grande, demasiado fina, ni exageradamente educada, ni preocupándote por lo que se supone que se haga en “éste preciso lugar” durante “este preciso momento”, simplemente eres tú a cada segundo y en cada lugar.
En realidad no se qué es lo que me haces, supongo que ese es el chiste.... =)

Como la silla más cómoda de las sillas... obviando el hecho de que no eres un objeto =P


I'm out of my mind(8)

viernes, 20 de abril de 2007

Uf..

Traicionado...

Así me siento despues de leer tu mail.

"a veces pienso q te gusta recordarme lo de la _____"
"me molesta q TU me preguntes algo q bien sabes la respuesta"
"se q sabes q le has gustado a casi todas mis amigas"

Ninguna de esas tres frases es cierta y duele muchísimo que lo pienses así... hasta llego a creer que no quisiste decir aquello y que solo fue producto del momento...

Duele pensar que esa pequeña que tiene "el cabello liso" y que detesta esos "rizos alargados" que se le forman, a veces lo deje libre, lo deje expuesto a "las manos" que quieran intervenir esa tersura clara...

Y eres toda clara porque hasta tu alma es clara, tanto que detesta lo turbio de algunas actitudes mias no deseadas ¡y mucho menos planeadas!, mucho menos aún olvidadas. Evyta, traería una estrella a tu cuarto si me permitieses un minuto de tu reflexión para saber que pensabas cuando me escribiste ese mail, un minuto de tu oído libre de rencor y miedo para comprender por que tiendes a pensar que me gusta dañarte. Como no darte cuenta que lo que te sobra me daría la vida, porque te sobran minutos para oírme y mucho más te sobra perdón para comprenderme y hasta tienes stock suficiente de olvido, comprende que hay en mi palabras esperando por tí...


Tantas palabras aún por tí...

Y espero que para cuando leas esto ya hayas comprendido mi actitud que tanto te molestó.

A lo mejor la culpa la tengo yo por ser tan ingenuo... perdón cielo.(k)

Te Amo.

domingo, 11 de marzo de 2007

Imaginense


Muchas veces intenté encontrar las claves que me llevaran a comprender las reglas del juego. Los observaba, registraba en mi cuaderno los movimientos (un reojo, una sonrisa, un camuflaje), qué traía Ella y dónde lo llevaba (risas en el tobillo, imágenes de una película favorita en las vértebras), cómo reaccionaba Él, en fin, una serie de características que al parecer nunca fueron suficientes para encontrar las instrucciones básicas de un juego como ése.

Lo preocupante es que de un tiempo a esta parte no quiero volver a jugar. Hace más de 3 días que no llego a la casa con los colores en la mano o los gritos en el pantalon. En el hospital me dijeron que tenía desamoroidea y mi familia quiere que vea a un especialista, pero en el fondo sé que la única especialista eres tú. A veces vengo pero no traigo nada, o peor, traigo el pasado pero mi corazon en otra parte. Imagínense. Es por eso que le escribo, a ver si me da alguna pista. Sé que no soy Ella, que por mucho que quiera cambiar lo que sucedió jamás podrá regresar... y tambien sé que jamas construira lo que nosotros queremos. No dejaré de llorar ni volveré a jugar si no encuentro el manual de instrucciones que Ella nunca me entregó esa vez que descubri la puerta que dio inicio al juego. Yo intenté por todos los medios vislumbrar las huellas, los pasos en ellas, pero ya sabe. Sólo en caso de emergencia escribiría algo así, y ya ven: el juego llenándose de carteles que anuncian la recta final y las partículas de aire acumulándose en la bodega.

Te lo pido, por el bien de ambos, ayudamé.

sábado, 17 de febrero de 2007

Fría noche de verano


Voy y vuelvo, grité. Salí corriendo de mi casa, puesto que había discutido con mi madre. Caminé a vicuña hasta que apareció la maravilla. Me subí y noté que el conductor era nuevo (creo que era hasta su primer viaje). Había demasiada gente y siguieron llegando poco a poco hasta que alguno que otro casi caía de la máquina, como yo que me encanta pegarme a la puerta. La susodicha micro al fin arrancó, y yo estaba feliz porque habia conseguido mi puesto preferido.
El cielo poco a poco se ennegrecía, gracias a las nubes pintadas de gotas ansiosas por aguar mi mundo.
La cosa es, que después de viajar un ratito, empezó a llover de una forma incontrolable. Y por extraño que parezca, aquí en Chile, montarte en una micro no te asegura que si llueve afuera, no te mojarás adentro. Y así mismo fue, rápidamente la máquina empezó a colar el agua que caía afuera, y la escupía delicadamente por doquier.
Esa lluvia, nos transformó a todos. Por los minutos que duró el aguacero, todos éramos conocidos. Ya nadie estaba callado pues todos reían, gritaban y se quejaban. Algunas señoras optaron por desafiar supersticiones, abrieron sombrillas negras dentro de la micro. Otros maldecían el sistema de transportación pública (en especial a Zamorano). Yo solo intentaba esquivar el chorro de agua fría que me besaba la espalda cada vez que la mierda abría sus puertas. Tenía una posa a la izquierda y otra a la derecha, tuve que acomodarme en el centro mientras un charco de agua se formaba a mis costados.

Y ahí yo, dentro de aquel infierno húmedo, con la espalda mojada, los pelos de punta, la carne de gallina y cada nalga amenazada con mojarse de lluvia, pensé en ti, y luego no sentí mas frío...

El frío fue lo menos que me preocupó cuando advertí la hora y corrí en dirección al mall, la gente ya salía... estaba desesperado... 3 pisos y tu podía estar en cualquiera. Pero hey, un momento, puedo quedarme aquí, ¡es la única salida! pero talvez me estas esperando afuera de la tienda... o que se yo :S
Levanté mi mirada, corrí desesperamente y note que la tienda ya cerraba. Te espere en el tercer piso puesto que por ahi salen... luego decidí llamarte por telefono en el segundo piso, rogue a 3 personas que me cambiaran para poder contactarte. Tuut... tuut... no contestaste... corrí nuevamente hacia el tercer piso cuando vi una cara conocida "hey" le dije "¿tu trabajas en johnson cierto?" "¿no sabes si tu amiga la javi...? y entonces me inrerrumpio diciendo... "ya se fue".


Salí a tomar la micro, prendí un cigarrillo, estaba transpirando, con la ropa mojada, con los ánimos en el suelo, y sintiendo la soledad que se forma al descubrirse vulnerable entre gente desconocida, me di cuenta cuanto espacio hay en los autos pero cuan poca gente deja que quepan personas en ellos.


Lo lamento u.u

domingo, 4 de febrero de 2007

Aprendiendo


Te agradezco enormemente todo el bien que me haces. Te agradezco por mostrarme mil verdades de mí mismo. Pues aprendí que soy "una parte" que se hace "un todo" con la ayuda de "un alguien" que tenga "un poco". Aprendí que el futuro no se ancla certeramente en el presente, sino que es un barco que navega por las olas de mi propio corazón. Y esas olas las mueve el viento de mis más profundos pensamientos, así que el destino va flotando junto a mí, y zarpamos, solo si me desanclas con tu presencia. Así que sopla mi alma con tus creaciones para poder moverme. Aprendí que yo no se, y que nadie sabe, que lo importante no es saber, sino aprender. Y aprendí que he a prendido más gracias a ti.
Te agradezco enormemente el amarme. Y agradezco todo lo que me ha pasado, pues aprendí que mi otra parte anda perdida en otros mares que ni tu ni yo conocemos. Y honestamente, ya no importa. Pues aprendí que el destino de este viaje en el que nos embarcamos no es un fin.
Y me di cuenta de todo esto cuando descansabamos en tu sofa a ojos cerrados y yo acariciaba tu cuello... eso me hizo despertar de esta "hibernación mental" que últimamente me estaba atando. Por eso y por todo, te agradezco todo el bien que me haces.

¿Suena a despedida? No, no es despedida, es simplemente el resultado del tiempo que saqué para sentarme y escucharme a mí mismo. Logro encontrar las respuestas a preguntas que ni me he atrevido a formular.

El viento vuelve a preguntar por donde escojo continuar. Esta vez tengo respuesta =)

TE AMO EVELYN.

viernes, 19 de enero de 2007

Silenciosamente Solar


Ahí estás. Puedo sentirte, tocarte, olerte, observarte. ¿Por qué no te vas de una vez por todas y se acaba esta tontera fantástica-perruna? Y es que ahora puedo sentirte y reconocerte. Te siento en las mañanas llenándome de sueño y de no-esperanza.

Ahhhhhh.. . pero de mí no te escapas, ya han sido muchos los conejitos blancos vomitados entre el primer y segundo piso. Ya han sido muchos días sin luz y tanto sueño que a esta altura no pasa una tarde en la que no deba dormir una siesta. Ya han sido muchos días de angustia sin barcas con velas de colores...


Me preguntaba si es que será posible tomar un extracto de luz y congelarlo. Congelarlo, pero aún así, que sea caliente-tibio-frío, que al contrario de lo que uno pensaría convencionalmente, no sería exagerdamente luminoso ni estrambóticamente amarillo-naranjo. No. Más bien sería verde-violeta, y sería tan-tan oscuro, que seríamos capaces de ver a través de él.. . Un extracto de luz. Un pedazo de luz.

¿Pero para qué quiero un pedazo de luz si yo mismo puedo ser la luz? Si es que en este mismo instante (¡y ahora pienso qué es un instante! ¿serán realmente luminosos pedazos o retazos de momentos-días-años que van cayendo por un abismo infinitamente precioso, infinitamente perfecto?)puedo ver desde mi ventana una puesta de sol que no puede ser más luminosa que el mundo, que es naranja, tan naranja como esa luz de mi vida, de mi mundo, de mi pieza, que hace tanto tiempo creí perdida...

Y yo soy rey sol. Sí, soy rey sol, rey sol. Yo tengo la monarquía absoluta de mi vida para decir que quiero luz infinita en ella, que quiero retazos pero a la vez quiero la luz completa... Y soy rey sol porque aunque esté esa sensación maldita, que es una tontera fantástica-perruna, está esa belleza de la belleza de las cosas, que se me muestra a ratos, imperfectamente perfecta, imperfectamente completa. Y puedo vislumbrar, en esas sensaciones, como en la deliciosa creatividad que me ha llevado a escribir textos de esos que dicen todo con sólo leerlos-sentirlos-gustarlos- probarlos, que a pesar de que hoy me mire al espejo y pueda preguntarme "¿quién cresta es esta weon?", y me de cuenta que he cambiado tanto en este año-mes-semana-día, soy capaz de ver más allá de ese sentido abierto, sumergiéndome, fundiéndome, expandiéndome junto a las manijas de ese cajón que soy yo mismo.

Cuando escucho-toco-canto "desarma y sangra" de Serú Girán, y escribo, "pensando en el alma que piensa y por pensar no es alma", me percato, recién, que la luz que tanto busco está en mí, y con tanto buscarla se me pierde, se me escapa, se derrite entre mis pensamientos tantas veces inservibles.

Como me dijo un amigo: ¿O acaso te das cuenta, al prender la luz de una pieza en la oscuridad, cómo se va expandiendo la luz llenando todo el espacio? Claro que no. Aparece, llega, imperceptible, silenciosamente solar.

sábado, 6 de enero de 2007

Metálica Fusión


... venía de la cumbre del rock, muerto de sueño, aún con la adrenalina a full, expectante de contarle a mi familia, a mis amigos, al mundo entero, que al fin podría morir tranquilo: vi a los mas grandes exponentes de la música nacional. Allí estaba Claudio Valenzuela y el genio hijo de puta había cantado tantas noches de caminatas nocturnas sin rumbo fijo, solo yo y un pendrive.

Recorro la sala, subo por las escaleras, todo estaba más bien oscuro, las puertas estaban cerradas. Al parecer cada uno estaba en su pieza, en su onda. Abro la puerta de mi pieza, de mi mundo, de mi país y mi "frontera", cuando me encuentro contigo, ahí, sentada, acostada en mi cama. ¡¿What?! ¿Alguien me explica que estás haciendo TÚ aquí? Si con suerte has estado solo una vez...

Me asusto. Más que miedo, algo así como estupefacción, no procesaba, no dimensionaba por qué cresta estabas tú-aquí-en-mi-cama. Salgo de la pieza. Cierro la puerta. Reacción claramente estúpida, como tratando de borrar, de hacerme creer que estaba alucinando, que en realidad no había nadie en mi pieza. Le pregunto a mi mamá, "¿qué onda?", y muy tranquila me contesta que estabas hace un rato esperándome... Hmmm .. . ¡¡¿Alguien me puede explicar qué está pasando?!! Vuelvo a abrir la puerta, sigues ahí acostada, incluso puedo alcanzar a ver cómo miras mis libros... Cierro. Otra vez. Intentar borrar-creer-nadie.en.mi.pieza. Decido entrar, antes de abrir la puerta completa miro a través de el pequeño espacio que queda... sigues ahí. Claro que seguías ahí, acomodabas mis cojines y sonreías observando las fotos que tengo en la pared... Me resigno, entro, te miro y te odio. Sí te odio. Odio no comprender ni comprenderte. No entiendo qué haces aquí, por qué eres tú y no otra, quién te dejó entrar ni por qué me miras con esos ojos de maldita serenidad exacerbante.

Bajo. Me siento en la silla de mi computador. MI computador. MI silla. Navego un rato por Internet, creo que revisando fotologs o subiendo una foto. Pongo música, me paro, camino, voy a buscar comida para MÍ, no te hablo, no te miro, no te escucho.

Vuelvo a mi pieza y estás sentada en MI pera. Te ignoro, ahora me acuesto yo en mi cama, pero te odio, la desarmaste, la dejaste desordenada, los cojines en el piso, todo hecho mierda. Recuerdo la rabia que sentía, te odié mucho. ja!

Y es ahí cuando me dices que me quieres mostrar algo. Que te espere un poco, que vas a buscarlo en alguna página que encontraste por ahí, que no te demoras nada...

¿Hm? Ok. Te espero. Y te esperé, te esperé, te esperé .. ... .. . .. . . te esperé. ¡Por qué te demorabas tanto! Sentía como pasaban y pasaban las horas y tú seguías tecleando códigos y haciendo clicks con el mouse...

Hasta que me dijiste, mira:

Y miré. Y las paredes cambiaron su color, se tornaron "naranjo-gris-metálico", y como en una "fundición de metales" las paredes empezaban a derretirse. Daba la impresión de poder atravesarlas con un dedo, de ser gelatinosas, pegajosas pero exquisitas. Y tú me decías ¿estás viendo lo que te muestro? y comenzabas a fundirte con las paredes, a entrar y salir de mi mundo a través de ellas, apareciendo y desapareciendo, estando presente y ausente al mismo tiempo.

Por fin le puse atención a la pantalla y leí la canción que me mostraste. Y yo te decía hey, yo la conozco, de hecho yo la estuve escuchando anoche, fui el único que me la sabía, la estoy escribiendo, componiendo, tocando, bailando, recordando, cantando, saltando, moldeando... y la banda sonora comenzaba, y la canción comenzaba a envolverme, y no había límites, sólo la canción-yo-simultaneidad de roles frente a ella-el-mensaje-y tú entrando y saliendo de las paredes...


Mi vieja toca la puerta de mi pieza, despierto y te llamo a cel. Yo no comprendiendo nada.

Nada =/

viernes, 5 de enero de 2007

Gusano y Pera


Tú voz nunca grito mi nombre, tus pensamientos nunca buscaron mi presencia, y tus ojos nunca miraron los míos. Yo lo hacía todo y no era nada, tu hacías poco, y lo eras todo. Mis intentos por ser algo en tu vida nunca tuvieron éxito. Nunca fui parte de ti. Muchas cosas hicimos juntos, entre ellas y mutuamente el dolor, que termino quitándome las ganas de vivir.

Por eso ya no te miro, ya no te busco. Ya no suelo pensar mucho en ti (a veces), ya no me siento boca arriba en las noches, para ver como el cielo llora poco a poco estrellas fugaces.

Recuerdo a la perfección aquella noche, solo que sin sonido. No me dejas partir, me abrazas y comienzas a llorar, besos cariñosos, me dices algo al oído... que no vale la pena recordar...

Solo me queda tu luz, tu actitud ante la vida. Los momentos que me hacen lo que soy, que me acuerdan lo que fui. Me quedas tu en mi mente. Por más que lucho, estas en mi presente, en mis noches y en mis días. Y tengo que admitir que aún estas en mi corazón. Solo me quedan las palabras que se escapan de mis labios y que salen desde adentro en lo profundo de mi ser. Te amo.

jueves, 4 de enero de 2007

El *tiempo* te trajo hacia mi.


Me encontraba acostado en la continua corriente de mi anonimato (como siempre, tú, travieso *tiempo*, jugabas al escondite conmigo, y eras tan bueno en la materia que ya yo te hacía inexistente e imperceptible. Todo estaba en silencio y nada se movía ni siquiera una hoja tenía el atrevimiento de lanzarse desde el cielo hasta el sutil encuentro con la epidermis de mi mundo. Y ahí yo, contemplando mitad cielo y mitad árbol, sentenciado a la eternidad que sugiere esperar para despedirme de "don sol". (¿Oye *tú*, porqué no funcionas? ¿O es que no vez que ya me rendí? ¡Aparece de una buena vez, ganaste!). Entonces ocurrió (no apareciste, pero fue mucho mejor).

Una figura se interpuso entre el cielo y las ramas. Poco a poco pude distinguir que miraba hacia mi con mucha paz (no me preguntes como se mira con paz porque yo no se, solo vi sus ojos y sentí paz). No dijo nada. Se quitó la mochila que llevaba en su espalda, la colocó en el suelo y se acostó a mi lado. Observamos, por horas, como las nubes resbalan desde el cielo y se perdían en la copa de los árboles.

Al fin cayeron hojas, y fue porque al fin *tú* también apareciste y me trajiste su recuerdo.