martes, 27 de noviembre de 2012

Unfinished

Siempre me han llamado la atención estos trastos. El viejo tacho de edad indescifrable, el pedazo de lata de contenido misterioso que quien sabe como diablos llego hasta allí. El paso del tiempo indeleble que narra físicamente los capítulos de una historia no acabada.





Y es que tatuados en mi figura están los versos de aquellos mementos en los que la vida cambió de rumbo chocando conmigo. Escritas en estas líneas están trazadas mil historias en el lenguaje que usa la mano cambiante del tiempo. Hoy se ignora cada rasgo que rompe el ritmo de mis colores. Inclusive, se ven como defecto. Cada una de estas manchas son el resultado del día a día que he vivido tocando el cielo a través de la
 lluvia, palpando el polvo que trae el suelo, sintiendo el frío que lleva el viento.

Hoy (ayer) me ven y me desechan por estas marcas que narran mi alma. Yo amo mis rayas, mis tantos dobleces, mis múltiples sombras que crean nuevos contorno pues son una gran parte de lo que soy. Esta colección de trazos es la crónica que cuenta mil historias... Mis historias. Si tuviera el privilegio de vivir muchos años más, quisiera que cada nueva marca fuese una nueva celebración, un constante recordatorio de que solo ha terminado un capítulo... Esta historia aún no ha llegado a su fin.