domingo, 30 de mayo de 2010

Así creí que podía ser feliz...



No puedo decírtelo, perdóname Evelyn. Apenas puedo con este dolor. Soy un cobarde porque en otra instancia habría hecho cualquier cosa por ti, pero esta vez, como la anterior, nadie vendrá por mi cuando me arroje al vacío...



Te odio Sebastián.

No hay comentarios: