sábado, 17 de febrero de 2007

Fría noche de verano


Voy y vuelvo, grité. Salí corriendo de mi casa, puesto que había discutido con mi madre. Caminé a vicuña hasta que apareció la maravilla. Me subí y noté que el conductor era nuevo (creo que era hasta su primer viaje). Había demasiada gente y siguieron llegando poco a poco hasta que alguno que otro casi caía de la máquina, como yo que me encanta pegarme a la puerta. La susodicha micro al fin arrancó, y yo estaba feliz porque habia conseguido mi puesto preferido.
El cielo poco a poco se ennegrecía, gracias a las nubes pintadas de gotas ansiosas por aguar mi mundo.
La cosa es, que después de viajar un ratito, empezó a llover de una forma incontrolable. Y por extraño que parezca, aquí en Chile, montarte en una micro no te asegura que si llueve afuera, no te mojarás adentro. Y así mismo fue, rápidamente la máquina empezó a colar el agua que caía afuera, y la escupía delicadamente por doquier.
Esa lluvia, nos transformó a todos. Por los minutos que duró el aguacero, todos éramos conocidos. Ya nadie estaba callado pues todos reían, gritaban y se quejaban. Algunas señoras optaron por desafiar supersticiones, abrieron sombrillas negras dentro de la micro. Otros maldecían el sistema de transportación pública (en especial a Zamorano). Yo solo intentaba esquivar el chorro de agua fría que me besaba la espalda cada vez que la mierda abría sus puertas. Tenía una posa a la izquierda y otra a la derecha, tuve que acomodarme en el centro mientras un charco de agua se formaba a mis costados.

Y ahí yo, dentro de aquel infierno húmedo, con la espalda mojada, los pelos de punta, la carne de gallina y cada nalga amenazada con mojarse de lluvia, pensé en ti, y luego no sentí mas frío...

El frío fue lo menos que me preocupó cuando advertí la hora y corrí en dirección al mall, la gente ya salía... estaba desesperado... 3 pisos y tu podía estar en cualquiera. Pero hey, un momento, puedo quedarme aquí, ¡es la única salida! pero talvez me estas esperando afuera de la tienda... o que se yo :S
Levanté mi mirada, corrí desesperamente y note que la tienda ya cerraba. Te espere en el tercer piso puesto que por ahi salen... luego decidí llamarte por telefono en el segundo piso, rogue a 3 personas que me cambiaran para poder contactarte. Tuut... tuut... no contestaste... corrí nuevamente hacia el tercer piso cuando vi una cara conocida "hey" le dije "¿tu trabajas en johnson cierto?" "¿no sabes si tu amiga la javi...? y entonces me inrerrumpio diciendo... "ya se fue".


Salí a tomar la micro, prendí un cigarrillo, estaba transpirando, con la ropa mojada, con los ánimos en el suelo, y sintiendo la soledad que se forma al descubrirse vulnerable entre gente desconocida, me di cuenta cuanto espacio hay en los autos pero cuan poca gente deja que quepan personas en ellos.


Lo lamento u.u

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